El homenaje comenzó esta mañana con un "camarazo" frente al Congreso de la Nación. Luego una caravana se dirigió hacia General Madariaga y Pinamar, localidad en la que se encontraba al ser secuestrado.

En la cava, Gladys, resaltó el apoyo de la sociedad y de los medios para lograr el esclarecimiento del crimen. "Pese a que el poder lo tenían los otros, apareció la solidaridad de toda una sociedad que sí iba a animarse a enfrentar al monstruo de la corrupción", sostuvo Gladis, acompañada por Norma y José Cabezas, padres del fotógrafo.

Gladys también se refirió a Alfredo Yabrán, acusado de ordenar su crimen: "Se pusieron en la piel de toda una familia desahuciada por el dolor, pero había alguien muy poderoso difícil de atrapar".

Y siguió: "Mi hermano debería haber vivido hasta su vejez, disfrutado de su vida, sus padres, sus hijos... nunca debió haber sido un caso".

José Luis Cabezas, que era fotógrafo de la revista Noticias, fue asesinado el 25 de enero de 1997 cuando estaba cubriendo la temporada para ese medio. Tras una reunión social en la casa de un empresario, Cabezas fue secuestrado por delincuentes que lo asesinaron y quemaron dentro de su auto.

Por ese crimen fueron condenados a cadena perpetua tres ex policías (Gustavo Prellezo, Sergio Cammaratta y Aníbal Luna), los cuatro delincuentes conocidos como los Horneros (Horacio Braga, Sergio Gustavo González, José Luís Auge y Miguel Retana) y el jefe de custodia del empresario Alfredo Yabrán, Gregorio Ríos.

También fue condenado luego el ex comisario de Pinamar Alberto Gómez, acusado de haber liberado la zona para que se perpetrara el homicidio. Además, Yabrán fue señalado como el posible promotor del homicidio, pero el empresario se suicidó en una finca de Entre Ríos cuando estaba siendo buscado por la policía.

El Tribunal de Casación bonaerense rebajó las penas de la mayoría de los condenados, pero después la Corte provincial ratificó las penas originales, por lo que varios de ellos debían volver a prisión. Sin embargo, por una serie de acciones legales pudieron mantenerse en libertad. Por ello la familia Cabezas y los colegas de la víctima siguen exigiendo justicia.