La policía posee algunas teorías sobre la causa del crimen. Una de ellas, según Nelson Silveira Guimarães, director del Departamento de Policía de Gran São Paulo – responsable de 38 municipalidades, incluyendo São Bernardo do Campo –, es que el asesino del fotógrafo estuvo involucrado en el asalto en la estación de gasolina e intentaba también robar la cámara de Costa. Un camerógrafo de TV Globo, quien estaba presente también reconoció al sospechoso, dijo que éste intentó robarle la cámara de televisión antes de dirigirse al fotógrafo de Época. Otra teoría es que el asesino tuvo alguna discusión con el fotógrafo y que era miembro del grupo que ilegalmente estaba ocupando el terreno.

Al policía Guimarães le pareció extraño que el asesino huyó en dirección a la multitud de manifestantes, corriendo el riesgo de ser linchado o apresado. También recordó que los representantes del Movimiento Sin Techo que calculan la presencia de cerca de cinco mil familias, pudiera haber ayudado al asesino a esconderse entre las personas y obtener protección directa. Guimarães informó que 50 policías trabajarán en este caso.

Costa laboró durante cinco años para la revista Época, pero en los últimos tiempos de desempeñaba como fotógrafo independiente para esa misma publicación. El asesinato del fotógrafo reabrió discusiones en Brasil sobre los riesgos relacionados con el ejercicio de periodismo en el país y la dificultad de la Policía y la Justicia de encontrar y castigar a los culpables. Desde la muerte del reportero de TV Globo, Tim Lopes, brutalmente asesinado por narcotraficantes en junio del 2002 mientras preparaba un reportaje sobre un baile funk en un cerro de Río de Janeiro, han ocurrido otros cinco asesinatos que podrían estar relacionados al ejercicio de la profesión.

El empresario Domingos Sávio Brandão Lima Júnior fue aseinado el 30 de septiembre del 2002 en Cuiabá, Mato Grosso. Era dueño de Folha do Estado y de Rádio Cidade Cuiabá FM. La policía consideró que la muerte de Lima estuvo vinculada a las denuncias en su periódico sobre el crimen organizado y los juegos ilícitos.

La reportera Melyssa Martins Corrêa, 23 años, editora de Caderno Tem! del periódico Oeste Notícias, fue asesinada en Presidente Prudente, São Paulo, el 3 de junio del 2003. Las investigaciones indicaron que se trató de un asalto a mano armado, pero fue considerada la posibilidad de que el crimen fuera en represalia a críticas hechas por otros periodistas del diario sobre la presencia de crimen organizado en la región. El asesino fue identificado pero está prófugo.

Edgar Ribeiro Pereira de Oliveira, 43 años, socio-proprietario del semanario Boca do Povo, de Campo Grande, Mato Grosso do Sul, fue asesinado el 9 de junio del 2003. Nicanor Linhares Batista, reportero de radio, fue asesinado el 30 de junio del 2003, em Limoeiro do Norte, Ceará. Era director-general de Rádio Vale Jaguaribana. Tenía un programa llamado “Encontro Político” (Encuentro Político). En los dos casos, los periodistas se referían a temas contraversiales, por lo que no se descarta que los crímenes pudieran estar relacionados a denuncias hechas por las víctimas o por su manera de conseguir la información, según acusaciones, a través del chantaje.