El Tribunal de Casación bonaerense ordenó a la Cámara de Dolores realizar un nuevo cómputo de la pena para los expolicías Sergio Camaratta y Aníbal Luna, condenados por el crimen del fotógrafo José Luis Cabezas.

Fuentes judiciales indicaron que la Sala I de la Casación, integrada por Benjamín Sal Llargués, Horacio Piombo y Carlos Natiello, no coincidieron con la postura de los camaristas, quienes habían señalado en un fallo anterior que aún restaba un tiempo considerable para que ambos acusados cumplieran al menos las dos terceras partes de sus condenas.
Sin embargo, los jueces de la Casación con sede en La Plata, atentos a diversos fallos precedentes, resolvieron derivar de nuevo el voluminoso expediente a la Cámara, sin expedirse en la cuestión de fondo, y para que la alzada practique un nuevo cálculo.

Según se informó, este criterio fue utilizado en la misma causa Cabezas con otros imputados, por ejemplo, en la causa Barreda.

Los expolicías Camaratta y Luna fueron condenados a reclusión perpetua, pero con la modificación de la ley de Ejecución Penal esa pena dejó de existir, ya que la reclusión fue equiparada con la prisión.

En agosto de 2008, la Casación bonaerense redujo la pena de Camaratta y Luna a 25 años de prisión. El dictamen no está firme porque fue apelado por la defensa y rige la reclusión.

En medio del proceso judicial se derogó la ley del “dos por uno”. Ante ese panorama, pidieron un nuevo conteo de pena. Según sus cálculos, si les aplican el cómputo de dos días de prisión por cada jornada de detención sin condena firme, ya habrían cumplido con el castigo penal.

El juicio oral que realizó el tribunal de Dolores concluyó el 2 de febrero de 2000, con penas de reclusión perpetua para los policías Gustavo Prellezo (ejecutor de Cabezas), Camaratta y Luna (colaboradores en la inteligencia y seguimiento del equipo de la revista Noticias). En esos casos se consideró como agravante la condición de policías de los condenados.

¿Perpetuas?

En la condena dictada en el juicio oral del año 2000, también se dictó prisión perpetua a Gregorio Ríos (jefe de la custodia del empresario Alfredo Yabrán, ambos acusados de instigar el crimen) y a la banda de “Los Horneros”, integrada por Horacio Braga, Sergio González, José Luis Auge y Héctor Retana, quienes colaboraron en el secuestro y asesinato de Cabezas.
En un segundo juicio también fue condenado a reclusión perpetua el excomisario Alberto Pedro Gómez por haber “liberado la zona” para que el crimen se pudiera cometer.

Ninguno de ellos está tras las rejas, pese a las condenas y las multitudinarias manifestaciones. El crimen de Cabezas ocurrió el 25 de enero de 1997 en las cercanías de Pinamar y constituyó el peor ataque a la libertad de prensa desde el retorno de la democracia.