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Chile
12 de mayo de 2011
Ex altos oficiales de la marina chilena condenados por secuestro de periodista
Por Mauricio Montaldo


Jaime Aldoney Vargas (Foto: El Mostrador)
Valparaíso (Chile). “Fue un hombre muy trabajador, extraordinariamente ágil. Nunca conforme con lo que hacía, siempre quería y se exigía algo más, con un gran ritmo de trabajo”, cuenta el periodista Miguel Tapia González consultado por la SIP en recuerdo de su amigo y colega Jaime Aldoney Vargas, casi 38 años después de desaparecer en manos de efectivos de la marina chilena.
La semana pasada la Corte Suprema de Justicia dictó sentencia definitiva contra seis ex altos miembros de la Armada acusados de la desaparición de Aldoney, también constructor civil y concejal de Limache (Quinta Región), cuyo cuerpo nunca fue hallado.
La sentencia condenó a cinco años de presidio por secuestro calificado a los capitanes de navío retirados Patricio Villalobos Lobos, Pedro Arancibia Solar, Jaime Undagarín Romero y Germán Valdivia Keller, Guillermo Vidal Hurtado y Sergio Mendoza Rojas, aunque para éste el castigo es por cuatro años. A todos se les concedió la remisión de la pena, es decir, la libertad vigilada, y además pagar una indemnización solidaria equivalente a 65 mil dólares a favor de los hermanos de la víctima, Gabriel e Iván.
Pero para Gabriel Aldoney, quien fuera Intendente Regional de Valparaíso al retornar la democracia a Chile (1997-2000), como para Tapia, el fallo les resulta decepcionante y controversial. “No nos asombra que sea todo una máscara de la justicia, por cuanto los culpables podrán gozar de libertad llamada vigilada, en circunstancias que nadie sabe quién vigila qué”, afirma el periodista Tapia.
Otros dos acusados, el contralmirante en retiro Ernesto Huber Von Appen y el ex suboficial Manuel Buch López fueron absueltos “por falta de participación en los hechos”, aunque la esposa de Aldoney, María Isabel Basignan, afirma que Huber, jefe de la base aeronaval de El Belloto en esa época, le aseguró un mes después de la desaparición de su marido, que todo había sido un error y que el periodista estaba libre.
“En el ámbito militar es inaceptable que la autoridad no sepa lo que está ocurriendo en su cuartel. Estamos todos insatisfechos con este fallo, que además deja en libertad al máximo responsable de lo sucedido en El Belloto”, agrega Gabriel en charla con la SIP. “Nos decían que Jaime se escapó, salió en libertad, se fugó, todo inverosímil que ocurriera en un campo de prisioneros bajo dictadura militar".
En el expediente judicial, atestigua entre otros Oscar Villanueva González, quien fuera detenido en esa base naval, y dice que regresaba de un interrogatorio al que fue sometido cuando vio de cerca a Aldoney, “a quien lo noté agónico por su inmovilidad y forma de mirar. Quise asistirlo para llevarlo a la enfermería pero no pude pues estaba con el hombro dislocado. Más tarde consulté por su situación y unos conscriptos me dijeron "se fue", queriendo decir que había muerto..."
Jaime Aldoney fue detenido al día siguiente del golpe militar del 11 de septiembre de 1973. Los uniformados irrumpieron violentamente en las dependencias de la Compañía Cervecerías Unidas en Limache (Quinta Región), donde él era el interventor designado por el gobierno. Había logrado poner en orden la contabilidad de la empresa e imprimir entre los empleados una gran mística de trabajo. Pero al irrumpir los marinos, sin mediar palabra, arrestaron a varios y al interventor se lo llevaron y maltrataron en varias dependencias: cuartel de Carabineros, base aérea El Belloto y buque mercante Maipo, donde se le vio por última vez.
“Lo estaban torturando”, recuerda Sergio Clark Lillo, jefe de personal de la empresa cervecera, quien dice haberlo visto cuando un marino lo golpeaba reclamándole por haberle “levantado” una enamorada en la Universidad (?).
Aldoney había estudiado Construcción Civil (Ingeniería). Líder estudiantil, afiliado al Partido Socialista, tan pronto finalizó aquellos estudios, ingresó a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile de Valparaíso, alentado por su gusto por escribir. “Tenía un talento innato como periodista”, lo recuerdan. A sus 30 años de edad alcanzó a desarrollar un programa en radio Latina y colaborar en el desaparecido diario La Unión, de Valparaíso, donde también lo hacía Tapia, aún hoy ejerciendo en el diario Impacto, de La Calera, además de su portal de prensa: www.zonaimpacto.cl
Fue el concejal más joven elegido en el municipio de Limache en 1973. Su caso se transformó en uno de los más emblemáticos para los defensores de los derechos humanos, por cuanto aparecían directamente involucrados efectivos de la Armada, lo que no era tan común como con oficiales del Ejército y Fuerza Aérea.
El diario santiaguino La Nación, haciéndose eco de una declaración de arrepentimiento de uno de los procesados y de un fuerte rumor nacional, informó en noviembre de 2007 que el cuerpo de Jaime Aldoney fue lanzado al mar por los mismos oficiales de la marina que en esa época ostentaban el grado de tenientes, ahora condenados por secuestro calificado. Buzos rastrearon vanamente la bahía de Quintero.
“Nosotros como familia nunca hemos buscado la venganza. Sólo queremos conocer la verdad. Todavía no la conseguimos. Hay muchísimos casos irresueltos de violaciones a los derechos humanos en el país. Y para la gente más humilde es imposible”, concluye Gabriel Aldoney.



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