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México
11 de enero de 2010
Asesinato de periodista en Coahuila pretende someter a la prensa
María Idalia Gómez, URR-México

• El reportero Valentín Valdés Espinosa fue secuestrado después de salir del periódico Zócalo de Saltillo, donde trabajaba desde hace año y medio. Una hora después fue asesinado.
• Los responsables del crimen dejaron un letrero en el cuerpo del periodista, con el que pretenden amenazar al resto de los comunicadores de esa ciudad, ubicada al norte de México.
• La Fiscalía General de Coahuila enviará un desglose del expediente a la PGR.
• Reporteros de diferentes medios de comunicación en Coahuila tienen miedo.

Valentín Valdés Espinosa tenía 29 años. Se distinguía por su “profesionalismo, su dedicación, la pasión y entrega al periodismo”. El jueves 7 de enero lo secuestraron, lo torturaron y después de la media noche lo mataron. La Fiscalía General tiene elementos para suponer que los autores materiales e intelectuales pertenecen al crimen organizado. Junto al cuerpo de Valentín los criminales dejaron una cartulina en la que escribieron: “esto les va a pasar a los que no entiendan el mensaje es para todos”.

Aunque este tipo de amenazas ya han aparecido vinculados a otros asesinatos o desapariciones de periodistas en estados como Durango, Chihuahua y Tamaulipas, esta es la primera ocasión en que los responsables dejan un mensaje directamente en el cuerpo.

“No lo podemos entender de otra manera, no sólo fue un ataque a Valentín y a su medio, quieren someter la libertad de expresión y el derecho de la sociedad a ser informada”, expresó un reportero de la región entrevistado por la URR.

Rodolfo Rodríguez, vocero del periódico Zócalo, explicó que los reporteros no estaban trabajando regularmente, pues se encontraban en un estado de shock y sostuvo que ni los periodistas ni en la redacción se tuvieron amenazas previas.
“Nos tomó por sorpresa, no esperábamos algo así. Estamos desconcertados, tenemos las mismas dudas que todos y estamos a la expectativa de lo que nos diga la fiscalía”, comentó Rodríguez.

Desde 1989 a la fecha han sido asesinados o desaparecidos en Coahuila cinco periodistas, casos que estarían vinculados con su trabajo profesional, aunque no se ha confirmado jurídicamente por la falta de investigaciones por parte de la Fiscalía del estado y de la Procuraduría General de la República que tienen bajo su responsabilidad las pesquisas de los crímenes de Ezequiel Huera Acosta (1989) y José Valdés (2006); así como las desapariciones de Cuauhtémoc Ornelas Ocampo (1995) y Rafael Ortiz Martínez (2006).

Los hechos

Valentín trabajó el jueves 7 de enero como un día normal. Terminó sus notas y quince minutos antes de las 11 de la noche se despidió de los compañeros que todavía estaban en la redacción y se salió junto con otros dos reporteros, uno de ellos colega de Zócalo. Se subieron al automóvil de Valdés Espinosa y emprendieron su marcha sobre el Boulevard Venustiano Carranza, la misma avenida en donde se encuentra el periódico.

Apenas habían pasado 15 minutos, muy cerca del periódico Vanguardia, a la altura de la Colonia República, dos camionetas les cerraron el paso y, de acuerdo a la Fiscalía, en ellas viajaban unos 10 hombres muy bien armados y amagaron a los tres comunicadores, a dos de ellos, Valentín y Armando, los subieron por la fuerza a las camionetas y huyeron.

En ese momento, por la frecuencia de policía reportaron a esa hora un “código rojo”, porque se dijo que había una balacera muy cerca de la Colonia República, algunos reporteros llegaron al lugar poco tiempo después, todo estaba tranquilo y sólo había agentes de la Fiscalía y policías municipales. Al preguntar lo que ocurría, los comentarios de los funcionarios fueron que era falsa la alerta que se dio por radio, respecto a que tres camionetas disparaban contra un automóvil.

Después del secuestro y durante poco más de una hora, los hombres golpearon a los comunicadores. Valentín tenía “huellas de tortura con hematomas en glúteos y en espalda”, de acuerdo a la necropsia. Los reportes obtenidos por la Fiscalía y que fueron dados a conocer en conferencia de prensa, por el titular, Jesús Torres Charles, revelaron que: “aproximadamente a las 00:50 horas del 7 de enero, reportaron al servicio de Emergencias 066 disparos de arma de fuego frente a un hotel (Motel Marbella) al oriente de la ciudad. Al acudir al lugar, agentes de las diversas corporaciones encontraron a una persona del sexo masculino sin vida, que estaba atado de pies y manos con cinta canela y vendado del rostro”.

A Valentín le dispararon en cinco ocasiones, una de las balas le provocó un “shock cardiogénico secundario a laceración cardiaca”, lo que causó su muerte, según la necropsia oficial. Se encontraron cinco casquillos junto a su cuerpo, de dos calibres distintos: 38 Súper y uno 223.

El fiscal precisó que al periodista se le identificó por una credencial con su nombre y junto a él estaba la cartulina con el mensaje.

Los reporteros de guardia de diferentes medios recibieron la noticia de que había aparecido un cuerpo y que era de un reportero. Alrededor de las tres de la mañana confirmaron que se trataba de Valdés Espinosa.

Cruce de datos

Hasta hace poco tiempo, la ciudad de Saltillo era uno de los lugares más tranquilos de todo Coahuila, teniendo un buen nivel de desarrollo para sus habitantes. Sin embargo, comenzaron los secuestros, los asesinatos, las extorsiones, poco a poco y de forma aislada.

Pero eso cambió radicalmente hace unas tres semanas, cuando los números de personas ejecutadas se incrementaron, lo mismo que los secuestros, las detenciones de policías y hasta de personas señaladas como piezas importantes dentro del crimen organizado, específicamente el Cártel del Golfo.

El 29 de diciembre de 2009, el Ejército llevó a cabo un operativo en diferentes puntos de la ciudad y en cinco hoteles, lo que arrojó la detención de 12 personas y aparentemente provocó que grupos armados dispararan en diferentes horarios y puntos de la ciudad, sin que se convirtieran en enfrentamientos con cuerpos policiacos. Aunque todos los medios informaron sobre lo ocurrido fueron muy escuetas las notas, al no existir un comunicado oficial. El periódico que más información proporcionó fue Zócalo, que ofreció más detalles de lo ocurrido, sin proporcionar su fuente.

Un días después, el 30 de diciembre, la Secretaría de la Defensa Nacional dio a conocer las armas decomisadas y los nombres de los detenidos, siendo uno de ellos Floriberto Andaya Espinoza y/o José Luis García González, alias “El ricochet”, a quien la institución le atribuyó el estar encargado de “auditar a las células de la organización “Cárdenas Guillén”, en los estados de Aguascalientes, Zacatecas y San Luis Potosí, subordinado a Miguel Ángel Treviño Morales, alias “El cuarenta”, principal operador de dicha organización”.

Fue precisamente en el Motel Marbella donde el Ejército detuvo a “El ricochet” y fue en ese mismo lugar en donde fue encontrado el cuerpo del periodista Valdés Espinosa.

Otro de los hechos importantes y que podría tener alguna vinculación con el crimen del comunicador, ocurrió la semana siguiente, el 7 de enero, cuando fueron detenidas, también en las cercanías de ese mismo Motel, cinco personas, entre ellas un policía municipal, José Manuel Espinosa Espinosa, y otro ex funcionario de la misma corporación, José Luis Martínez Pérez, quienes tenían seis armas largas, granadas, cargadores y una pistola, de acuerdo a la información oficial. Ese mismo agente había sido capturado en mayo de 2009 acusado de secuestro, pero fue dejado en libertad por falta de pruebas.

Varios comunicadores entrevistados por la URR confirmaron que Valentín reporteó estos hechos para el periódico, aunque no aparecía su nombre en las notas.

“A muchos reporteros nos parece que el periódico no cuidó la información que estaba publicando sobre delincuencia organizada; pero es muy claro que los responsables del asesinato de Valentín no se conformaron con matar a Valentín, amenazar con eso al periódico, sino también están tratando de intimidar y dejar en claro que esas personas quieren tener el control de todo, es una llamada muy fuerte de atención para intentar tener controlada a la prensa y a la libertad de expresión”, expresó un comunicador que trabaja en Coahuila.
El Fiscal General sostuvo que las investigaciones las encabeza el Agente del Ministerio Público adscrito al grupo de Investigación de Homicidios y Delitos contra la integridad corporal de las personas y adelantó que enviará un desglose de la averiguación previa a la PGR “ya que por las características del hecho, existe la presunción de que fue perpetrado por miembros de la delincuencia organizada y además por tratarse del homicidio de un periodista”.

Estudiante destacado

A Valentín lo invitaron a trabajar en el periódico Zócalo porque era un reportero destacado. Así se convirtió en uno de sus fundadores en junio de 2008, asignado a asuntos especiales de la sección local, cubriendo temas de gobierno y seguridad. Para entonces Valdés Espinosa ya tenía una trayectoria que respetaban sus compañeros. Comenzó joven su camino en los periódicos. En el 2001, un año antes de concluir la licenciatura de periodismo en la Escuela de Comunicación de la Universidad Autónoma de Coahuila, donde obtuvo uno de los promedios más altos de su generación, fue invitado a colaborar en El Diario de Coahuila, donde comenzó reporteando en la sección Policiaca.

“Fue presidente de la sociedad de alumnos de la Escuela y fue uno de los alumnos más destacados de toda la generación”, relató un ex compañero universitario de Valentín.

Tiempo después lo invitaron a colaborar en el suplemento Guardián del Pueblo, editado por el periódico Vanguardia de Saltillo, en donde permaneció sólo un año, porque lo invitaron a un nuevo diario que el Grupo Reforma abrió en el estado: Palabra, donde permaneció casi seis años. Más tarde fue invitado al periódico Zócalo, siendo una empresas multimedios con presencia en todo el estado y que tiene un tiraje de alrededor de 20 mil ejemplares en Saltillo.

“A nuestro compañero, quien cubría la sección local, lo caracterizaban su profesionalismo, su dedicación y la pasión por su trabajo, así como una fuerte entrega hacia el periodismo”, escribió en la nota que apareció en la edición del 8 de enero del periódico Zócalo.

Varios reporteros de Saltillo coincidieron en describir a Valentín como una persona honesta, seria, responsable y que siempre escribía de forma equilibrada sus notas y reportajes. “Era una persona honesta, un trabajador muy entregado a su trabajo de investigación. No se había casado todavía, incluso vivía con sus papás”, relató uno de sus amigos.

Las opiniones

Al medio día del jueves 7 de enero, el Fiscal General Jesús Torres Charles, calificó como una acción cobarde el asesinato del periodista, de quien dijo ser amigo personal: “La Fiscalía General del Estado, igual que todo el Gobierno del Estado expresa su rechazo a estos hechos cobardes contra un compañero de los medios; sus condolencias a la familia y al gremio periodístico, y el compromiso de seguir trabajando para esclarecer estos hechos y aclararlos en su momento”.
Más tarde, el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, comentó que conocía el trabajo del reportero y ofreció dialogar con los directivos de los medios de comunicación, “porque no se debe inhibir ni callar la voz del pueblo, se tienen que tomar algunas acciones”, expresó.

En la misma conferencia exigió al gobierno federal detener la violencia que existe en el país: "¡Ya basta Presidente (Felipe Calderón)! Desde Los Pinos, encerrado, está dirigiendo una guerra que emprendió, con no menos de mil soldados cuidándolo y a La Laguna sólo envía 300 efectivos".

"Las policías municipales y estatales se dedican a la prevención, en tanto, la federal atiende los delitos del crimen organizado –expresó en un tono molesto--, pero en los últimos años nuestras corporaciones se han dedicado a ayudarle a hacer la tarea a la parte federal".

Descomposición

Después de conocer el asesinato de Valdés Espinosa, varios reporteros esperaron instrucciones de parte de sus redacciones porque tenían miedo. “Estamos lastimados por lo que pasó, ahora tenemos que estar cuidándonos mucho más de lo que escribimos y cómo lo escribimos, porque cualquier interpretación que hagamos de un hecho puede costarnos la vida, estas personas no respetan ni aceptan interpretaciones”, expuso un reportero.

Varios comunicadores comentaron que iniciaron una tarea de concientización entre los periodistas para tener mayores precauciones y, sobre todo, solidarizarse más para no ser tan vulnerables.

“Se ha comenzado a crear desconfianza entre reporteros, existen muchos rumores de que las organizaciones criminales están ofreciendo dinero para que no se publiquen las cosas. Debemos parar eso y que los medios de comunicación de Coahuila y de todo el país se unan para enfrentar estos ataques a la libertad de expresión y que no exista más impunidad”, expresó otro periodista.



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