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Brasil
9 de julio de 2009
Asesino de Tim Lopes con un régimen de prisión relajado
Clarinha Glock, URR-Brasil


Tim Lopes
El traficante Elías Pereira da Silva, el Elías Maluco, que fue condenado a 28 años y seis meses de prisión bajo régimen cerrado por el brutal asesinato del periodista Tim Lopes, podrá solicitar el beneficio del recurso de progresión de la pena, pasando del régimen integral al cerrado. Esto significa que si la Justicia le concede el beneficio, podrá salir de la prisión para trabajar, bajo un régimen semiabierto, luego de cumplir un tercio de la sentencia, siempre y cuando se compruebe el buen comportamiento.

La posibilidad fue sugerida por el abogado de Silva, dado que el reo está preso desde hace siete años y el 18 de junio de 2009 la Cámara Penal N° 8 de Río de Janeiro negó el pedido de un nuevo juicio presentado por la defensa, pero permitió la progresión de la pena. La noticia del cambio del régimen carcelario indignó a los periodistas y a la entidades de defensa de los derechos humanos.

Silva fue señalado como uno de los principales responsables de la tortura y muerte de Tim Lopes. El crimen tuvo lugar en junio de 2002, cuando el periodista de TV Globo fue descubierto haciendo un reportaje sobre la explotación sexual infantil en una favela del Complejo del Alemán, en Río de Janeiro. Además de Silva, la Justicia condenó a otras seis personas por el asesinato. En diciembre de 2007, una de ellas, Elizeu Felício de Souza, obtuvo el derecho de visitar periódicamente a la familia y aprovechó el beneficio para huir. A fines de 2008, Claudino dos Santos Coelho, el Xuxa, y Cláudio Orlando do Nascimento, obtuvieron también la progresión del régimen. Pero, ante las protestas de las ONG y de las entidades periodísticas, continúan presos.

El juez Walter Maierovitch, presidente del Instituto Brasilero Giovanni Falcone que trata temas tales como el crimen organizado, las ciencias criminales y los crímenes transnacionales, recuerda que el Sistema Penal brasilero prevé penas que no pueden superar los 30 años de prisión. Y la misma Constitución de Brasil establece que el contenido ético de la pena es la “rehabilitación” del condenado en determinadas situaciones. Por ejemplo: por cada tres días de trabajo, se le disminuye un día de prisión.

Según el juez, Silva está siendo beneficiado por una ley antigua, porque el régimen de progresión fue recientemente modificado: ahora la progresión de la pena se podrá otorgar sólo después de un examen que demuestre la ausencia de peligrosidad. Maierovitch dice que "La nueva ley abolió los otorgamientos que se hacían anteriormente, pero si el juez del proceso lo quisiera, puede exigir la realización del examen para saber si el preso está en condiciones de salir bajo un régimen no tan vigilado”.

Maierovitch resalta que el problema es que el sistema penitenciario brasilero es precario. “Las cárceles son controladas por la criminalidad organizada, que consigue del director de la cárcel un certificado de buen comportamiento”. Además de eso, las cárceles superpobladas no ofrecen posibilidad de recuperación ni programas de reinserción social.

Maierovitch recuerda también que no hay fiscalización de los presos que salen a trabajar. “El problema no es que el sistema sea liberal, sino que se ha desvirtuado; en cualquier país serio Elias Maluco estaría acompañado diariamente”. Y concluye diciendo: “Es un sistema perverso para la sociedad, que da al mundo la imagen de Brasil como el país de la impunidad.”



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