Tegucigalpa, Honduras (10 de febrero del 2006) – La superación constante de la calidad informativa sobre hechos de violencia, así como la disminución de los riesgos para los periodistas durante la cobertura noticiosa, son algunas de las conclusiones que se alcanzaron en la conferencia organizada por la Sociedad Interamericana de Prensa, “Periodismo, Violencia y Pandillas en Centroamérica” que culminó hoy en esta ciudad.

Más de 300 personas, entre periodistas, editores y representantes de organizaciones de la sociedad civil, debatieron por dos días sobre el papel de los medios de comunicación, la seguridad de los periodistas y el deber del Estado en materia de seguridad pública y garantías para la libertad de prensa y de expresión.

El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, inauguró las sesiones de trabajo junto a la presidenta de la SIP, Diana Daniels, vicepresidenta de The Washington Post Company. Zelaya firmó la Declaración de Chapultepec al terminar el acto inaugural.

También participaron los ministros de Gobernación y Seguridad de Guatemala, El Salvador y Honduras, Carlos Vielmann, René Figueroa y Alvaro Romero, respectivamente, en un panel que se concentró en las políticas oficiales para enfrentar el problema de las pandillas, lo que involucró temas como el crimen organizado y la inmigración.

Respecto al objetivo e interés de la SIP en esta conferencia, Daniels señaló que “queremos entender mejor este problema. Escuchar y aprender. El diálogo, el debate y las experiencias nos ofrecerán elementos para hacer un periodismo de mayor calidad”.

Daniels agregó que el foro servirá a la SIP para seguir buscando formas de brindar mayor “seguridad de los periodistas cuando se enfrentan a situaciones de riesgo. Muchos periodistas, incluso en este país, han sido asesinados o han muerto mientras investigaban noticias”.

Las conclusiones, leídas por el vicepresidente primero de la SIP, Rafael Molina, señalaron que “éstas serán de un inmenso aporte para la conferencia hemisférica sobre Valores Periodísticos que estaremos realizando en noviembre próximo en Costa Rica, cuyo objetivo será reflexionar sobre el papel de los medios en la sociedad moderna”.

Los paneles de discusión estuvieron formados por directores de medios centroamericanos, policías y periodistas hondureños, estadounidenses, colombianos, así como expertos y académicos de varios países latinoamericanos.

La delegación de la SIP, además de Daniels y Molina, estuvo formada por el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Gonzalo Marroquín; el presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales, Jorge Canahuati; los vicepresidentes regionales de la Comisión de Libertad de Prensa e Información por El Salvador y Honduras, Edgardo Dumas y José Roberto Dutriz, respectivamente; el director ejecutivo, Julio E. Muñoz y el director de Libertad de Prensa, Ricardo Trotti.

Para esta conferencia, la SIP contó con el apoyo de la Fundación John S. y James L. Kinght y el auspicio de los diarios La Prensa de San Pedro Sula y El Heraldo y La Tribuna de Tegucigalpa.

Texto de las Conclusiones de Tegucigalpa

(Conferencia de la Sociedad Interamericana de Prensa: “Periodismo, Violencia y Pandillas en Centroamérica”. Tegucigalpa, Honduras, 10 de febrero de 2006)

La Conferencia ratificó el papel importante que desempeñan los medios de comunicación en la comprensión y la búsqueda de soluciones al problema complejo sobre las pandillas y la violencia juvenil en Centroamérica.

Para un enriquecimiento de la información, se expresó que es conveniente estimular el diálogo del periodismo entre la autoridad y la sociedad, con actores institucionales y organizaciones sociales claves en el manejo de la problemática de las pandillas.

Los medios de comunicación, por su responsabilidad social delegada, están llamados a informar y a fiscalizar para permitir que las autoridades y la sociedad puedan adoptar las medidas correctivas sobre la violencia. Esta es la función y el principal aporte del periodismo para superar el problema de las pandillas en nuestras sociedades.

Las pandillas y el crimen organizado, apoyado por las nuevas tecnologías y la comunicación, han generado nuevos desafíos para los estados en materia de seguridad pública. Las políticas estatales e intergubernamentales deben incluir a la libertad de prensa y de expresión como elementos trascendentes a preservar, y así prevenir que la violencia contra medios y periodistas desencadene un clima propicio para la autocensura.

Las diferentes intervenciones de los expositores coincidieron en los siguientes puntos:

El periodismo requiere de una actitud de mayor reflexión sobre la cobertura y tratamiento noticioso sobre violencia y pandillas. Sin embargo, se reclamó que para ese propósito, es necesario que haya legislación sobre acceso a la información pública que permita informar con mayor profundidad y rigurosidad sobre todos los aspectos y actividades de la función pública en esta materia.

Se expresó que la espectacularidad en la cobertura, lejos de ayudar al encuentro de soluciones, incentiva la apología de la violencia. Se destacó que ante el sensacionalismo, algunos sectores de adolescentes se sienten atraídos a grupos de pandillas.

Se remarcó que es necesario que el periodismo aumente la calidad y el pluralismo de las fuentes para reflejar una mejor cobertura y no concentrarse sólo en fuentes oficiales.

Se señaló la conveniencia de que el periodismo y las autoridades coordinen mecanismos de comunicación para la prevención de riesgos durante coberturas en situación de peligro para los periodistas.

Los medios pueden encontrar alternativas de cómo mejorar su producto informativo en relación a la cobertura de la violencia, tal los ejemplos ofrecidos por los periódicos, como La Prensa Gráfica de El Salvador, que elaboró pautas con ese propósito.

Los medios necesitan crear estrategias de seguridad para la protección de su personal, y brindar capacitación constante a sus periodistas para minimizar los riesgos en la cobertura de asuntos de violencia y pandillas. Asimismo, los periodistas tienen la obligación profesional y ética de diseñar estrategias personales para su propia protección.

Es responsabilidad de medios y periodistas alentar una mayor conciencia social sobre la importancia de la libertad de prensa y de expresión para la mejor cobertura de hechos de violencia; así como motivar un mayor entendimiento entre las autoridades y la sociedad civil para que se busquen soluciones en este tema.