Follow us on SIP Follow us on BLOGGER Follow us on FACEBOOK Follow us on YOUTUBE Follow us on TWITTER
Alertas
Estadísticas
Investigaciones
Reclame Justicia

Noticias
Actividades
Documentos oficiales
Campaña de medios
Reformas legales
Jurisprudencia
Publicaciones
Videos
Newsletter
Enlaces

Misión
Autoridades
Personal
Contáctenos
Haga su donación
Dona Tu Voz - CD

  
Resumen del seminario
Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)
RESUMEN

Los años 2004 y 2005 han sido negros para la prensa mexicana, después de que ocho periodistas fueron asesinados por realizar su trabajo y uno desapareció y se le cree muerto. Al menos cinco de esos asesinatos y la desaparición se vincularon con investigaciones periodísticas sobre narcotráfico. Además de los asesinatos, las amenazas de muerte condujeron a docenas de reporteros a abandonar la profesión o los obligaron a trasladarse a otras ciudades. El clima de miedo e intimidación afectó la información sobre el crimen organizado, especialmente ligado al narcotráfico, en varias áreas de México, pero más seriamente en los estados del Norte en la frontera con Estados Unidos, donde los cárteles pugnan por el control de las rutas más provechosas hacia Estados Unidos.

Para encontrar maneras de mejorar esta situación, a finales del 2005, la SIP organizó una reunión de cerca de ejecutivos de 40 diarios de ocho estados mexicanos a lo largo de la frontera con Estados Unidos. El grupo publicó la Declaración de Hermosillo, un documento que impulsó la elaboración de una legislación federal más severa que llevaría las investigaciones de crímenes contra periodistas al nivel del gobierno federal, eximiría esos crímenes de cualquier estatuto de limitación, y endurecería las penas a los delincuentes condenados. La reunión de Hermosillo fue el primer esfuerzo organizado que propició la cooperación entre todos los periódicos afectados en la región que comparten Estados Unidos y México. Otros diarios mexicanos también se sumaron al grupo y firmaron la Declaración.

Esa reunión inicial tuvo dos resultados importantes. El primero fue la decisión de desarrollar seminarios de entrenamiento para preparar mejor a los periodistas mexicanos sometidos a graves riesgos por la naturaleza de su trabajo. El segundo fue la creación de un equipo conjunto que trataría de investigar y finalizar los trabajos que habían estado elaborando los periodistas en el momento de su muerte, y publicarlos en todos los diarios que participan.

Este seminario es el primero de una serie. Se propone entrenar a editores y reporteros en las mejores prácticas relacionadas con el periodismo sobre crimen organizado y narcotráfico. Después de esta reunión el equipo conjunto también publicará su primera investigación completa sobre el caso relacionado con Alfredo Jiménez Mota, reportero de El Imparcial de Hermosillo, quien desapareció sin dejar rastro en abril del 2005.

SEMINARIO
El seminario fue inaugurado por Ninfa Deándar, presidenta y directora de El Mañana, Nuevo Laredo; Heriberto Cantú Deándar, director general de El Mañana; Juan Francisco Ealy Ortiz, presidente y director general de Periódicos Healy, México; Juan Fernando Healy, El Imparcial, Hermosillo; y Ricardo Trotti, director de Libertad de Prensa de la SIP.

Heriberto Cantú, director general de El Mañana, cuyo ex jefe de noticias fue asesinado hace dos años por supuestos narcos, agradeció a la SIP y a sus colegas por seleccionar a Nuevo Laredo como sede de la reunión y solicitó un minuto de silencio en memoria de todos los periodistas mexicanos que han muerto en el cumplimiento de sus tareas profesionales.

Juan Francisco Ealy Ortiz, presidente de El Universal, señaló que la reunión "era un triunfo de la libertad sobre el silencio y el miedo”. Era una indicación de que los periodistas mexicanos estaban listos para luchar juntos y defender la libertad de prensa, la que había sufrido un "brutal revés" en México en meses recientes debido a los ataques y desapariciones de periodistas. El respaldo de Ealy Ortiz dio a la reunión impulso, e incentivo a los diarios regionales que se sienten solos en su lucha contra las agresiones por parte de los narcotraficantes.

Juan Fernando Healy, director ejecutivo de El Imparcial, donde temen que haya muerto un periodista dado como desaparecido desde abril del pasado año, manifestó que "la prensa tiene delante importantes desafíos, entre los que se cuenta seguir informando sobre las actividades ilícitas de los cárteles de la droga y la falta de eficacia de las autoridades para contrarrestarlas; y desenmascarar la corrupción, frecuente en los departamentos de policía”.

Ante este panorama los periodistas mexicanos tenemos retos muy importantes como son continuar denunciando las actividades ilícitas de esas organizaciones, resaltar la falta de efectividad de las autoridades encargadas de combatirlo así como desenmascarar la corrupción que prevalece en las corporaciones policíacas, destacó.

“Todo comenzó en la reunión de Hermosillo”, señaló Ricardo Trotti, y “quisiera seguir pensando en ese sueño que lanzaron los directores que asistieron”. Trotti afirmó que el seminario es la continuación de un proyecto en marcha para reducir los riesgos de los periodistas mexicanos que trabajan en los diarios de frontera. Además de la reunión de Hermosillo en agosto del 2005, la SIP celebró, en diciembre del 2005, un taller de entrenamiento de alto riesgo en Buenos Aires, Argentina, en el que participaron 25 periodistas del Norte de México.

LOS MEDIOS, EL NARCOTRÁFICO Y LA FRONTERA:

El primer panel, integrado por Roberto Rock, editor de El Universal, y Bob Rivard, editor ejecutivo del San Antonio News Express, delineó la situación global de riesgo para los periodistas a ambos lados de la frontera de México-Estados Unidos. Rock señaló que los diarios mexicanos necesitan crear una "red de protección" y relacionó un número de acciones de este corte que los reporteros necesitan tomar para protegerse a sí mismos, a sus familias y sus fuentes. "En muchas áreas del país, donde han amenazado a los periodistas, la autocensura se ha convertido en la forma más eficaz de protección, lo que ha dado por resultado una reducción preocupante en la libertad de la prensa y los avances democráticos en nuestro país", apuntó. Una opción impulsada por algunos diarios de frontera, según Rock, es la elaboración de manuales de Ética y de Operaciones que dicten las acciones que se espera tomen periodistas y editores al cumplir asignaciones peligrosas.

Los manuales son una opción que los diarios pueden utilizar para proteger a sus reporteros mientras continúan escribiendo sobre narcotráfico. Como ejemplo citó a Frontera, diario de Tijuana, que ha creado un Manual con los requisitos que aplica para evaluar cada historia que publica acerca del narcotráfico. El diario evita publicar fotografías de los narcotraficantes, de sus familiares y amigos, y no permite que los reporteros utilicen fuentes anónimas. Rock urgió a los reporteros a tomar seriamente el tema de su seguridad, observando su ambiente y determinando cuándo se encuentran bajo vigilancia. Señaló que los últimos asesinatos de periodistas en la frontera sucedieron cuando los periodistas venían de o iban a sus residencias, lo que indica que los vigilaban.

Bob Rivard señaló que lo que sucede a uno y otro lado de la frontera es radicalmente diferente. "Estamos muy cerca de Nuevo Laredo, a sólo dos horas en auto, pero en verdad estamos muy lejos. La realidad de la prensa mexicana y la de la prensa tejana es muy diferente", manifestó, enfatizando los peligros que corren los periodistas mexicanos. Rivard expresó que el desafío para la prensa norteamericana de frontera es convencer a los lectores de que las historias sobre el narcotráfico en la frontera son importantes.

Cuando un participante le preguntó qué podrían hacer los diarios norteamericanos y mexicanos para mejorar la situación de los reporteros, Rivard dijo que quizás sería útil que los periódicos del sur de Estados Unidos colaboraran con los diarios mexicanos dentro de equipos conjuntos, como el que se está organizando en Nuevo Laredo para investigar el asesinato de Alfredo Jiménez Mota, de El Imparcial.

Rock convino en ello y expresó que una manera de mejorar el clima para informar sobre la región sería definir ambos lados de la frontera como una sola región. "El narcotráfico es un problema regional, ningún país por sí solo puede hallar la solución. En México cada presidente promete tener la situación bajo control en el plazo de un año; eso es lo que lo dijo presidente Fox cuando tomó su cargo", enfatizó.

Trotti, de la SIP, apuntó que una victoria importante en el asesinato contra periodistas había sido pasar los casos desde las cortes estatales hacia las cortes federales. También señaló que el cabildeo, por parte de la SIP y otros diarios mexicanos, había contribuido a animar al senado mexicano para discutir la nueva legislación que se ocuparía de los ataques contra la prensa.

Apolonio Cruz Quezada, reportero de radio de Coahuila, dijo que muchos reporteros no escriben correctamente sobre delitos financieros y de “cuello blanco” en sus comunidades. "Necesitamos una base de datos donde pongamos toda la información que tenemos sobre narcotráfico para el uso de medios de noticias grandes y pequeños"

Rock convino con Quezada y añadió que los periodistas necesitan escribir desde diversos ángulos acerca del narcotráfico, que podría ser menos riesgoso. "También necesitamos escribir más sobre la corrupción en el lado de Estados Unidos", precisó.

Rivard señaló que uno de los problemas es que los funcionarios norteamericanos están solamente interesados en el terrorismo y han sido obligados a ignorar el narcotráfico. Sobre la corrupción en Estados Unidos, Rivard indicó que se han producido varios arrestos recientemente de funcionarios corruptos, y citó el ejemplo de un sheriff de Cameron, Brownsville, Texas.

Juan Carlos Pérez, de El Mañana y La Tarde de Nuevo Laredo, preguntó sobre lo que podrían hacer los medios cuando los ciudadanos apelan a la prensa porque las autoridades no pueden solucionar los delitos relacionados con el narcotráfico. Rock señaló que es importante que los medios de noticias propongan a los ciudadanos unirse. "Debemos conseguir movilizar a la comunidad para exhortar a las autoridades a que actúen”. Pero recomendó una información mesurada, una cobertura sin sensacionalismo. “La prensa no puede ser solamente ruidos y gritos, porque nadie nos escuchará, ni el gobierno ni los ciudadanos", destacó.

Rock advirtió contra la divulgación solamente de delitos y asesinatos y otras "historias de sangre" qué catalogó de "crónica roja".

Un periodista preguntó sobre cómo informar de temas que afectan los intereses económicos del periódico. Tanto Rock como Rivard señalaron que los periodistas necesitan comprender que la situación financiera también es importante. "Del lado de Estados Unidos, la cuestión financiera implica más amenazas que los narcotraficantes", dijo Rivard. Rock afirmó que la prensa tiene un compromiso con todos, el mercado y el lector, y que los periodistas necesitan saber eso cuando hacen su trabajo.

Sobre todo, Rock y Rivard señalaron que el periódico necesita comunicarse con sus lectores. Rivard acentuó la necesidad de continuar publicando historias que los intereses poderosos de la ciudad no desean que se publiquen.

LA COBERTURA DE NARCOTRÁFICO EN MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS:

El panel procuró presentar diferentes enfoques sobre las mejores técnicas de reporteriles de veteranos y jóvenes a ambos lados de la frontera. Daniel Rojas, de El Mañana de Nuevo Laredo, señaló que su diario ha sufrido mucha presión por parte de los narcotraficantes. La situación de violencia en su ciudad es tan seria, que estima que la prensa necesita centrarse no solamente en la violencia por sí misma, sino en explicar las causas que la generan. "Necesitamos emprender una batalla por la legalidad. Presentar los problemas, pero también ofrecer soluciones prácticas”, advirtió. No vale de nada informar si los ciudadanos se asustan. Por eso exhortó a sus colegas a escribir sobre el tema de la droga ofreciendo las soluciones y buenas historias que respondan a las necesidades de la gente buena de la ciudad.

Mariano Castillo, del San Antonio News Express, afirmó que en los seis meses en los que ha estado reportando sobre Nuevo Laredo, se ha sentido aplastado al comprender cómo cada información se conecta con la violencia. "Escribir sobre economía, turismo o cualquier otro tema social siempre se vincula con la violencia que se sufre en esta ciudad", apuntó.

Jorge Morales, editor de El Imparcial, señaló que los ataques recientes contra periodistas se llevaban a cabo por narcotraficantes regionales pequeños, que no están conscientes de la repulsa que generan contra sí mismos al atacar a un periodista. “En los últimos 15 años hemos estado publicando extensos informes sobre narcotráfico”, apuntó. “Esas historias no dañan a los narcotraficantes. Tienen sus estrategias y los cárteles grandes saben que atacar a un periodista no es una buena decisión económica”. Morales supervisaba el trabajo de Antonio Jiménez Mota, el reportero de El Imparcial que desapareció el pasado mes de abril mientras realizaba una investigación sobre organizaciones pequeñas de narcos en el estado mexicano de Sonora. “Los pequeños grupos regionales son los más peligrosos para los periodistas porque no tienen la sofisticación de los grandes traficantes”, advirtió a sus colegas. En el pasado, explicó Morales, ha sucedido que algún capo de bajo nivel dentro de la organización ha tomado a veces decisiones para atacar a periodistas sin la aprobación de sus superiores. Citó el caso de Gregorio, de Sinaloa, quien fue asesinado por un jefe narco de bajo nivel que se enojó después de que el periodista le tomó una foto.

Morales expresó que la prensa mexicana también se enfrenta a una treta de los traficantes, que desean utilizar a los medios en sus batallas con otros carteles sobre rutas y territorios. “Encuentran maneras de pasar la información para forzar las a las autoridades a que persigan a otros grupos. Buscan contactos directos con los periodistas investigadores. Algunas veces los reclutan y los ponen en su nómina”, indicó. “Para hacerlo ponen un AK47 en tu cabeza, y te convierten en un sicario con la pluma como arma”.

También recomendó a los periodistas vigilar a los oficiales de policía reclutados por los narcotraficantes para pasar información sobre sus enemigos. “Tienes que vigilar a los oficiales que trabajan para las organizaciones”, manifestó.

Acerca del uso por parte de los narcotraficantes de la información, señaló que su periódico se encontró en medio de esta situación durante la investigación que emprendió después de que desapareció su reportero. “Lanzamos una campaña de información, que incluyó una línea telefónica gratuita y recibimos mucha información. Pero fue utilizada por los grupos regionales de narcos para atacarse entre sí. Nos hacían una llamada en la que daban detalles sobre cómo secuestraron y asesinaron a nuestro reportero. Y culpaban a una organización. Minutos más tarde, llegaba otra llamada con detalles exactos, pero culpando a otra organización. Los grupos sabían que las autoridades tenían que hacer algo”, apuntó, y exhortó a tener los ojos bien abiertos y tratar con mucho cuidado la información que llega.

Tracey Eaton, deThe Dallas Morning News, afirmó que muchas de las dificultades que encaran los reporteros de Estados Unidos que cubren el narcotráfico en la frontera radican en el hecho de que dependen demasiado de funcionarios de Estados Unidos. “Yo fui un agente honorario de la DEA”, confesó, y explicó que durante muchos de sus primeros años como reportero de frontera dependió de la información de funcionarios retirados y activos que atendían narcóticos. “Hay que tener cuidado”, precisó. “En Estados Unidos hay una cultura de querer culpar a otros países por el problema del narcotráfico. La gente se percata de que si no fuera por los millones de consumidores, el problema no existiría en México”, concluyó.

Ana Arana, reportera independiente de New York, declaró que escuchar a sus colegas hablar sobre narcotráfico en la frontera le hizo recordar otros años, otros países y otros cárteles, y a percatarse de lo poco que ha cambiado el negocio.

“Desafortunadamente, las redes de tráfico son como un tubo de crema dental: si exprimes un extremo y sale por el lado opuesto”, indicó. “Es global y tiene explicaciones políticas. Lo que sucede en Colombia afecta el tráfico a través de América Central y a través de México y uno necesita entender las tendencias globales”, señaló. Arana dijo que cubrió la guerra de la droga en Colombia en los años 80 y ve los mismos temas repetirse en la frontera, con elementos específicos mexicanos, pero iguales a fin de cuentas. La única diferencia ahora, apuntó, es que Estados Unidos está interesado en la guerra contra el terror y ha dejado a un lado la guerra contra las drogas, la cual dominó la política de Estados Unidos hacia México y Colombia durante treinta años

“Quizás necesitamos ofrecer más información sobre la corrupción de la parte de Estados Unidos”, señaló. “Sin embargo, noto algunos cambios importantes”, afirmó. “La corrupción y el impacto del narcotráfico se están moviendo más hacia el interior de Estados Unidos. Un ejemplo es cómo las pandillas ahora llevan a cabo actividades que antes eran realizadas por organizaciones de narcos extranjeras. Debían emprenderse más investigaciones sobre esas conexiones”, precisó.

Después de las presentaciones, el debate varió. Marta Soto, jefe de la Unidad Investigativa de El Tiempo de Bogotá, preguntó si sus colegas mexicanos utilizan la información que proviene de narcotraficantes. Morales, de El Imparcial, señaló que definitivamente no, pero otros dijeron que dependía de si el traficante estaba en cárcel.

Raimundo Ramos, reportero de El Mañana, se refirió a opiniones vertidas en el panel anterior y se preguntó cómo el reportero podía conseguir la información si no podía utilizar la que ofrecía la policía local. Morales, de El Imparcial, afirmó que la cuestión era cerciorarse de no usar una sola fuente. “Uno no desea hacer de mensajero”, subrayó Morales.

Varios reporteros señalaron que se sentían confundidos por desconocer de dónde obtener la información verdadera. ¿O tal vez debían olvidarse de escribir sobre narcotráfico? Morales les dijo que debían permanecer siempre del lado de los ciudadanos. Mari Carmen Flores Ávila, de Televisa en Tijuana, afirmó: “He estado haciendo periodismo de frontera durante 20 años y he sobrevivido. El problema viene cuando creemos que somos policías. Aquí es donde hay que tener cuidado”.

HERRAMIENTAS PARA INVESTIGAR EL NARCOTRÁFICO

Gerardo Reyes presentó un panorama histórico del periodismo sobre narcotráfico en América Latina y las relaciones difíciles que existen entre Estados Unidos y América Latina en la aplicación de las políticas sobre narcotráfico. “La cocaína es pues un polvo explosivo hallado en grandes cantidades en casi todos los estallidos sociales y los escándalos de corrupción de América Latina. No hay país de la región que no tenga registrado en su historia reciente un escándalo de corrupción y narcotráfico a los más altos niveles”.

Señaló que se sentía pesimista en cuanto a encontrar las mejores maneras para reportar sobre narcotráfico. Reyes explicó que ha asistido a muchas conferencias sobre cómo los periodistas podían protegerse mientras escriben sobre narcotráfico. Pero concluyó que, a pesar de todos los programas e ideas instituidos a ese efecto por varias organizaciones, los narcotraficantes todavía se las arreglan para matar a los reporteros. “Durante 20 años éste ha sido el tema sobre el que he escrito mayormente, y hay muchas maneras de presentar esta guerra contra las drogas, pero la realidad es que cuando un narco decide matar a un periodista en nuestros países, nadie puede pararlo. Mata al reportero y a menudo el crimen queda impune. O su culpabilidad se prueba demasiado tarde”.

Reyes señaló que hay muchas maneras de combatir las amenazas: un reportero podría dejar de escribir; o vagar en el exilio por varios países. También podría permanecer en el país y solamente salir de su casa acompañado de guardaespaldas. O puede publicar en equipo, como se está haciendo en varios países. Pero, según Reyes, el trabajo en equipo tiene sus limitaciones. "En Colombia después de que mataron a Guillermo Cano, todos los reporteros comenzaron a trabajar en equipo. Comenzaron con mucho entusiasmo, pero poco a poco el proyecto se apagó. Primero, los reporteros de la televisión lo abandonaron, porque comenzaron a recibir amenazas de muerte. Entonces otros les siguieron".

Mencionó las estrategias que un periódico podría poner en práctica para proteger a los periodistas. En Colombia el diario El Tiempo utilizó un complicado proceso cuando las fuentes querían ofrecer información y pistas importantes directamente a los reporteros. Los redactores referirían la fuente a la Fiscalía, en donde la persona se convertía en testigo de un caso y brindaba testimonio. "Entonces el diario utilizaba ese testimonio para escribir una historia. Desde el punto de vista ético no era muy claro, pero salvó las vidas de muchos periodistas”.

¿Existe alguna herramienta básica para hacer reportería de narcotráfico? Según Reyes, no, pero recomendó a los periodistas perseverar en sus investigaciones. Hizo el relato de un periodista del diario peruano El Comercio, a quien le llevó diez años ver cómo su investigación sobre las operaciones turbias de un prominente hombre de negocios, traficante de drogas, al final produjo resultados y el individuo fue a parar a la cárcel. No obstante, el reportero tuvo que pagar una cuota por su trabajo y ahora se encuentra exiliado en Miami.

Reyes también mencionó un tema que había sido repetido en paneles anteriores, y es que a pesar de su importancia, la gran prensa de Estados Unidos no parece tener mayor interés en el tema del narcotráfico. En su opinión, mucha de esta indiferencia se debe al hecho de que los medios "siguen la agenda de Washington", y en Washington el narcotráfico no es un asunto de urgencia. El narcotráfico dejó de ser un tema periodísticamente sexy en Estados Unidos. En México, según las quejas que ha escuchado, parece interesarle más a la prensa regional que a la de la capital.

Reyes declaró que a un reportero investigador le lleva tiempo conseguir buenas fuentes. "Éstas no son fuentes que aparecen de un día para otro’’, advirtió, y explicó que un reportero investigador con experiencia en narcotráfico no puede ser aquél que cubrió recientemente la industria de petróleo. Reyes también exhortó a los reporteros a tomar notas y mantener datos organizados porque ese tipo de trabajo es, más que todo, un ejercicio de "conectar puntos", donde un reportero no sabe cuándo necesitará recordar el nombre de un traficante o de un sospechoso.

Reyes presentó una entrevista en video con Miguel Ramírez, el reportero investigador del El Comercio, a quien había aludido anteriormente, y cuya investigación le tomó diez años. Se vio obligado a salir de Perú el año pasado, después de que el hombre de negocios fue a la cárcel. En el video, Ramírez explica cómo otros periódicos no apoyaron a El Comercio durante los primeros seis años de su trabajo de denuncia. Ramírez tuvo que vivir acompañado de guardaespaldas por muchos años, porque el hombre de negocios le amenazó de muerte. Ahora vive en Miami.

Reyes puso a disposición del auditorio una lista de bases de datos norteamericanas que pueden facilitar el trabajo:

-www.landings.com
Para encontrar las placas de aeroplanos pequeños usados por los narcotraficantes para transportar drogas.

--www.propertyappraiser.com
Para encontrar información sobre inversiones en propiedades en estados Unidos por parte de narcotraficantes mexicanos

--www.pacer.gov,
Conecta a los reporteros con el sistema de cortes de Estados Unidos

---www.bop.gov
El Buró Federal de Prisiones de EE.UU. que relaciona todos los prisioneros en cárceles federales, estatales y juveniles.

--www.fincen.gov
Conecta a la red de delitos financieros

---www.gao.gov
Agencia de responsabilidad gubernamental de EE.UU., que investiga el uso de los fondos del gobierno, entre ellos, programas internacionales.

---www.lexisnexis.com
El más integral localizador de personas, biblioteca de diarios y almacén de documentos disponible en internet (requiere de pago).

Después de la presentación de Gerardo Reyes, se presento una entrevista en video con Jim Shedd, un ex agente de la DEA que trabajó en países latinoamericanos durante 20 años.

RESUMEN DE LA ENTREVISTA A JIM SHEDD

¿Cómo está organizada la DEA?

Cuando dejé la agencia el año pasado, había cerca de 74 oficinas en el mundo. En América Latina hay una oficina de la DEA en cada país, con excepción de Uruguay, país supervisado desde Buenos Aires. Cada región tiene un director general. El encargado de la oficina de México se ocupa de América Central, mientras que la oficina de Bogotá maneja todas las oficinas más pequeñas en los países andinos, con excepción de Bolivia. La oficina de Bolivia se ocupa del resto de Suramérica. Hay también un encargado principal regional radicado en Washington

¿Cuál es la oficina más grande? La de México, pues tiene varias oficinas más pequeñas: Mérida, Guadalajara, y la frontera de EE.UU.-México. La segunda oficina es la de Bolivia. Colombia tiene dos oficinas: una en Bogotá y otra en Cartagena.

Según Shedd, las operaciones de la DEA se manejan de manera diferente en cada país, dependiendo de las reglas de los acuerdos del país en cuestión y Estados Unidos. Shedd dijo conocer bastante cómo funciona en Colombia, pero sabía poco sobre la DEA en México. En Colombia los agentes de la DEA ayudan en el planeamiento de operaciones, y acompañan a la policía local en las operaciones, pero no participan en esas acciones.

Señaló que es común para la DEA pagar a informantes, pero eso no puede hacerse sin la autorización del gobierno local. Compartimos la información con la policía nacional local, afirmó Shedd. A menudo la DEA paga el combustible, el equipo, suministros y entrenamiento a las agencias de policía.

Los periodistas estaban interesados en saber cómo podrían desarrollar una mejor relación de trabajo con los agentes de la DEA en sus países. Shedd expresó que los agentes de DEA trabajan bajo la égida de la embajada de EE.UU., por lo que no se les permite hacer declaraciones públicas. Solamente el funcionario de asuntos públicos de la embajada y al embajador se les autoriza a hablar. Si los periodistas desean información oficial, sugirió llamar a la jefatura de la DEA de Washington.

Shedd precisó que la DEA posee 500 agentes en todo el mundo.

Shedd explicó que durante su carrera, reporteros y oficiales de policía locales siempre le preguntaban acerca de cárteles de la droga en Estados Unidos. No existe ninguno al estilo del de Pablo Escobar. La mafia norteamericana es pequeña de tamaño, incluso John Gotti, el famoso mafioso italonorteamericano de New York. Hay redes de distribución de drogas, pero siempre con un perfil bajo. Una investigación reciente encontró una red de narcotráfico compuesta de ciudadanos norteamericanos que movían cantidades pequeñas de marihuana. Las autoridades desconocían el alcance de su negocio hasta que fueron arrestados y entonces se supo que el líder estaba a punto de comprar un centro de compras por un valor de US$40 millones.

Shedd señaló que muchas de las redes de distribución de drogas en Estados Unidos son limitadas y especializadas. Convino en que muchas de las operaciones se dan dentro del área financiera, lo que las hace difíciles de investigar. Estas operaciones son complicadas, dijo, porque hay muchos controles sobre transacciones bancarias. Pero las investigaciones sobre lavado de dinero son difíciles de realizar y apenas resultan en imposición de cargos a los acusados, confesó, porque los jurados no las entienden.

NARCOTRÁFICO EN COLOMBIA: GANANCIAS Y PELIGROS

Marta Soto, directora de la unidad investigativa de El Tiempo de Bogotá, contó que recibió una amenaza de muerte poco antes de venir al seminario, la segunda en sus 12 años como reportera. Señaló que al principio se preocupó pero luego cambió de parecer. "Me di cuenta de que estaba viva, y que el hecho de recibir amenazas significaba que los periodistas estábamos causando problemas a los delincuentes. Porque estamos revelando lo que ellos quieren ocultar. Estamos haciendo nuestro trabajo". Soto expresó que habían aprendido varias lecciones en Colombia durante largos años de lucha contra los cárteles de la droga.

En opinión de Soto, Colombia ha hecho frente a tres batallas en su lucha contra el narcotráfico. La primera fue la guerra contra el terrorismo desatado por el cártel de Medellín; la segunda, la batalla contra la corrupción y la influencia que promovió el cártel de Cali, y que corrompió al estado colombiano; y la última, la guerra contra el narcoparamilitarismo.

Según Soto, la primera guerra se libró entre 1980 y 1989, cuando Colombia despertó de la pesadilla de que el narcotráfico había penetrado cada esquina de su sociedad, entre ellas la política, los deportes e incluso los desfiles de belleza. En ese período fueron eliminados 33 periodistas, entre ellos el director del diario El Espectador, asesinado por órdenes de Pablo Escobar el 17 de diciembre de 1986. Además, pusieron una bomba que destruyó las instalaciones del periódico. Gracias a la pista de un informante pudo impedirse que siguieran adelante los planes para destruir El Tiempo de Bogotá. Durante ese período, los reporteros dependían de la información suministrada por los miembros del cártel de Cali, enemigos jurados del cártel de Medellín. Los reporteros copiaban a las autoridades, las que también conseguían la información del cártel de Cali. Era un “círculo vicioso", precisó Soto.

Sin embargo, Soto insistió en que ella no está en contra de usar la información proveniente de narcotraficantes. "Pero es necesario saber cómo hacerlo", señaló.

La segunda batalla, según Soto, fue contra el cártel de Cali en los años 90. Cali había crecido enormemente, pero, al igual que policías y periodistas, estaba agotado después de la lucha contra el cártel de Medellín. "No estábamos listos para enfrentarnos a ese monstruo", afirmó. "El cártel de Cali no ponía bombas, ni asesinaba a periodistas; nada más que los corrompía, comprando sus lealtades. El cártel compró radioemisoras enteras, y utilizaba a uno de nuestros periodistas principales como emisario", apuntó. Para ilustrar de qué manera se había extendió la corrupción, Soto explicó que durante una redada la policía encontró una nómina de pago que incluía a reporteros, funcionarios locales y políticos. Cuando Colombia finalmente despertó, el cártel tenía bajo su control a funcionarios del gobierno del más alto nivel, congresistas e incluso a un candidato presidencial. Éste fue el principio del llamado proceso 8.000, una investigación judicial que perseguía limpiar el sistema. Sin embargo, expresó Soto, este proceso fue también un fiasco para la libertad de prensa, porque los periodistas dependían exclusivamente de la información que dejaban filtrar los investigadores, y no condujo a ninguna investigación independiente. La información era parcial y ningún medio publicó una historia completa del escándalo.

Y, por último, el proceso paramilitar actual de desmovilización ha traído un nuevo problema a la prensa colombiana. "Compran a políticos. Son una mezcla de narcotraficantes del pasado –de Medellín y Cali– y de los así llamados grupos de autodefensa que nacieron en los 80 con los ejércitos privados para proteger de las guerrillas a los ganaderos y terratenientes. Entre sus miembros estaban los narcotraficantes que habían comprado tierras y utilizaban sus ejércitos para proteger territorios. Pronto comenzaron a exigir un impuesto de guerra a otros terratenientes. Exigieron contratos de servicios municipales a las autoridades locales y ayudaron a elegir a sus propios candidatos al congreso colombiano. Estos grupos hoy desmovilizan a sus tropas y lavan dinero, señaló Soto.

Estas fuerzas son en la actualidad el enemigo de la prensa libre. Atacan a la prensa regional y la obligan a censurarse. Ésta es una de las razones por las que Colombia recurre nuevamente al trabajo en equipo a fin de publicar historias sobre la corrupción en las provincias, donde estas fuerzas tienen el control. Sin embargo, en opinión de Soto, dada la experiencia colombiana, el periodismo en equipo debe utilizarse solamente bajo circunstancias extremas, porque de lo contrario no funciona. A menudo se le rebaja por el hecho de que no todos los reporteros tienen el mismo interés, la misma disponibilidad del tiempo y las mismas habilidades para investigar. Las tareas caen a menudo sobre los hombros de unos pocos.

VIERNES, ENERO 27 DEL 2006

NADA ES LO QUE PARECE. LAS INVESTIGACIONES SOBRE NARCOTRÁFICO EN MÉXICO

El panel fue conducido por María Idalia Gómez, miembro de la Unidad de Respuesta Rápida de la SIP (México), y Darío Fritz. Gómez y Fritz son periodistas de Ciudad México y autores de Con la muerte en el bolsillo, Seis Desaforadas Historias de Narcotráfico, que ganó el prestigioso Premio Planeta de periodismo en el 2005.

Fritz y Gómez explicaron que intentaron vincular la información ya publicada, sus propias entrevistas y los documentos recibidos de las autoridades. Desafortunadamente, dijeron, los principales medios de noticias de Ciudad México ignoran el tema del narcotráfico. Éste es más bien un tema de la frontera, apuntó Fritz, y agregó que durante sus investigaciones fueron testigos del trabajo solitario de los reporteros en las ciudades pequeñas de la frontera.

"Escribir sobre narcotráfico en México es prácticamente imposible", declaró Fritz. Pero en ciudades como Nuevo Laredo los periodistas“están en la línea de fuego... y es como un cáncer en plena metástasis. Tienes las horas contadas". Exhortó a los reporteros a ir más allá de divulgar el número de cadáveres, resultado de luchas intestinas entre las redes de los narcos.

Sugirió escribir otras historias: el abuso de drogas, el impacto económico del narcotráfico en la sociedad, las víctimas del narcotráfico, y otras consecuencias de las drogas en general. Idalia Gómez señaló que los esfuerzos del equipo que promueve la SIP en el caso de Alfredo Jiménez Mota constituye un ejercicio novedoso. Agregó que estaba entusiasmada por el interés mostrado por varios medios, a pesar de que la presencia de los grupos de noticias de la capital es muy limitada. "Esto abrirá nuevos caminos", insistió.

Gómez y Fritz compartieron con la audiencia una entrevista en audio con un ex narcotraficante que actualmente está trabajando con la policía federal mexicana y quien ofreció revelaciones de cómo los narcos utilizan la prensa.

El narcotraficante no identificado, quien se encuentra bajo custodia de protección, planteó lo siguiente:

- Los narcotraficantes tienen siempre a periodistas en su nómina de pago. Utilizan a los reporteros para escribir desacreditar otras informaciones o investigaciones que develan sus actividades.

- Los narcos llaman ‘’plazas’’ a sus centros de operación. En estas plazas controlan a periodistas, abogados, autoridades y a otros miembros importantes de la sociedad local. Los grupos utilizan las amenazas y el dinero para forzar a los periodistas a que se pongan de su parte. Otros periodistas reclutan a sus colegas, pero los narcotraficantes están más interesados en reporteros de temas policíacos, editores y a veces directores.

- Dondequiera que los militares lleven a cabo búsquedas, en hogares, almacenes u otras instalaciones donde la organización opera, los periodistas de nómina toman fotografías y los narcos envían a representantes de las ONG de derechos humanos para que denuncien abusos de los militares.

- Los pagos a periodistas son en sumas globales. El dinero va a un editor, que entonces distribuye el dinero. También reparten vehículos robados

- Explicó que hay tantos periodistas corruptos, que escogen la profesión para poder estar cerca de los traficantes. Los oficiales de policía envían mensajes antes de iniciar una redada.

- La corrupción alcanza a los periódicos, las televisoras y las radioestaciones. La televisión es más fácil de penetrar.

- Señaló que los grupos de narcotráfico tenían gente que revisaba la prensa e identificaba a los reporteros que debían vigilarse o intimidarse. Reaccionan lentamente y al principio amenazan y advierten a los reporteros. Más adelante les ofrecen dinero. De cada 10 reporteros, nueve toman la opción del dinero.

- Según este narcotraficante, es muy difícil para los reporteros llegar a una región o área y no ser identificados. "Todo se controla”, apuntó. Las organizaciones tienen una enorme infraestructura, dentro del mercado, los taxistas y los policías locales. ¡Imagínense caer en las manos de esta gente!

- Sugirió que la mejor opción es permanecer callados. No vale la pena mostrarse valiente. Si quieres reaccionar, no lo hagas solo; necesitas ayuda. "Estoy vivo porque el gobierno me ayuda; de lo contrario sería un hombre muerto", expresó.

- Las organizaciones de narcos se fijan en los periodistas que escriben sobre un grupo. Los visitan. Si publicas una historia de vez en cuando nada te sucederá, explicó.

- Los periodistas que se centran exclusivamente en un solo grupo de narcos son aquellos que tienen problemas. Por eso es importante escribir sobre todas las organizaciones.

- Los informantes ganan US$1.000 al mes. Pero consiguen más dinero si lo necesitan.

- Los grupos a menudo fomentan los problemas en una zona para alejar a las autoridades de su área de operaciones. Los narcotraficantes hacen contrainteligencia. Si matan a una persona, elaboran una historia a su alrededor y matan a otra. Entonces culpan a la segunda de matar a la primera. Aquí es donde las organizaciones utilizan a los reporteros de la nómina.

Los participantes en el seminario comentaron que se encontraban en un dilema: cómo utilizar la información de la policía si había muchas posibilidades que ésta fuera manipulada. Gómez señaló que la clave es combinar la información, verificar los hechos, cruzar la información y comprobarla dos veces.


CÓMO SE UTILIZA LA INFORMACIÓN OFICIAL EN MÉXICO

Esta presentación la hizo Jesús Ramírez López, ex funcionario de prensa de la Procuraduría General de la República. Ramírez indicó que los periodistas deben saber que cada vez que se dirijan a la PGR encontrarán una versión que no se ajusta necesariamente a la verdad. "Muchas veces, en las ruedas de prensa, los reporteros tenían más información que yo", reconoció. Él se desempeñó como jefe de la oficina de prensa de la PGR entre 1996 y el 2000. Señaló que los voceros oficiales siempre manipulan.

Dijo que las agencias mexicanas disponían de estrategias diferentes para la prensa local e internacional. También utilizan la televisión nacional para tener una difusión más amplia. Hizo recomendaciones a los periodistas al solicitar información a la PGR: Ser organizado y saber lo que se quiere. Si uno sabe lo que quiere, sabrá cuándo le dan información solamente para ganar tiempo. Y, por último, señaló que las agencias estatales no proporcionan ninguna información. Por ello recomendó a los periodistas mantenerse alejados de ellas.


EL CASO ALFREDO JIMÉNEZ MOTA: UN DEBATE SOBRE EL PROYECTO FÉNIX

Jorge Morales, subdirector del diario El Imparcial, e Idalia Gómez, de la Unidad de Respuesta Rápida de la SIP (México), condujeron el debate sobre resultados de investigaciones preliminares acerca de la desaparición del reportero del El Imparcial.

Morales expresó que desde la desaparición de Jiménez Mota, el periódico ha instituido una estrategia de comunicación sobre qué hacer en casos críticos. Los primeros y elementales pasos son lo siguientes:

- Llamar a la SIP y luego organizar un equipo de reporteros con tareas específicas. "Entendemos que un ataque contra un reportero no es un ataque contra una víctima, sino contra todo el periódico y la sociedad en su totalidad. Hay que salir a la calle a decir esas cosas".

El Imparcial también ha impreso carteles con la imagen de Alfredo Jiménez Mota y ha abierto una línea telefónica gratuita para que la gente pueda llamar y brindar información. Los carteles se pusieron en toda la ciudad. "El mensaje que queríamos mandar a los delincuentes era que tocar a un periodista del El Imparcial les saldría caro", apuntó Morales.

Gómez manifestó que consideraba que el Proyecto sería efectivo porque en 14 años como reportera no había visto a grupo de redactores mexicanos tan interesados en trabajar unidos, compartiendo la información y poniendo a un lado su desconfianza tradicional. "Cuando terminó la reunión en Hermosillo, estaba entusiasmada, porque íbamos a hacer algo", subrayó.

El Proyecto Fénix cuenta con el apoyo de 40 periódicos que firmaron la Declaración de Hermosillo. "No pienso que descubriremos dónde está Alfredo Jiménez Mota; no somos la PGR", precisó Gómez. "Pero quizás podremos descubrir cómo ocurrió su desaparición".

Gómez y Morales señalaron en la reunión de Nuevo Laredo que la información relacionada con la investigación la enviarán a la SIP y a El Imparcial.

Morales también indicó que otros periódicos podrían ayudar con la investigación publicando las historias que producirá el grupo. Señaló que el equipo también hará trabajos para la televisión. "Es importante que formen parte del proyecto, y que publiquen las historias en cuanto las tengamos", precisó.

El equipo espera publicar su primer conjunto de historias el 20 de febrero del 2006. Componen el equipo para esta investigación reporteros y editores de El Imparcial, El Universal y otros ocho periódicos que se unirán al grupo en las próximas semanas. Según Gómez y Morales, se espera que la composición del grupo cambie en función de investigaciones futuras sobre otros casos.

Ricardo Trotti manifestó que el Proyecto Fénix es parte del trabajo que ha estado haciendo la SIP por muchos años. "Nos complace diseminar el mensaje de que necesitamos unirnos; hay que investigar estos casos para acabar con la impunidad".

Morales manifestó que el equipo ha pedido la participación de diarios norteamericanos interesados en la investigación. The Arizona Daily News, un diario que a menudo publica trabajos de El Imparcial publicará las historias en estados Unidos.

INTERVENCIÓN DE JESÚS J. BLANCORNELAS, DIRECTOR DE LA REVISTA ZETA

Jesús J. Blancornelas, director de la revista Zeta, sufrió un atentado en 1999 como resultado de sus denuncias sobre el narcotráfico. Mucho antes, en 1988, el codirector, Héctor Félix Miranda fue asesinado; y en el 2004, Francisco Javier Ortiz Franco corrió la misma suerte. El veterano periodista envió un mensaje a los asistentes al seminario.

Blancornelas señaló que dos casas editoriales de la frontera le comunicaron que habían recibido amenazas de narcotraficantes y, por tanto, dejarían de publicar sobre el tema. "Esta confrontación es alarmante, pues deja indefensos a los afectados, y detiene a aquéllos que habrían podido ayudarles". Blancornelas ha luchado denodadamente por la libertad de prensa. Culpó a los pequeños cárteles de la nueva ola de violencia. "Hermosillo fue el principio de la colaboración con otros editores. Esta reunión debe continuar ese esfuerzo. Pero no dejemos de exigir acciones por parte del gobierno mexicano ", escribió.

CONCLUSIONES

El Seminario ratificó la preocupación por la incapacidad de las autoridades, en sus diversos niveles de gobierno, ante el avance del crimen organizado en el país en su conjunto, en la zona fronteriza en general y en el área de Nuevo Laredo en particular.
El clima de violencia que genera esta situación encuentra entre sus principales víctimas a la libertad de los ciudadanos, especialmente a la libertad de expresión. Uno de los efectos más preocupantes de ello es una creciente autocensura de medios y periodistas.
Las diversas intervenciones de expositores y participantes en este seminario coincidieron en subrayar el reclamo de que el Estado mexicano, con la participación de sus respectivos poderes, avance con mayor decisión en la procuración y administración de una justicia más expedita y eficaz, en la persecución de los crímenes contra periodistas, y en la creación de nuevas leyes que protejan las libertades de prensa y expresión, como herramientas para el desarrollo de la sociedad.
El encuentro ratificó la exigencia expresada en la Declaración de Hermosillo a favor de promover que los crímenes contra periodistas sean de carácter federal, la no prescripción de los mismos y el agravamiento de las penas en este tipo de delitos.
Asimismo, la reunión confirmó el inicio de tareas del Proyecto Fénix, que integrará a periodistas de diversos diarios para el desarrollo de investigaciones respecto de colegas que fueron asesinados por el desempeño de sus tareas profesionales. El propósito de esta iniciativa es ejercer mayor presión sobre las autoridades asignadas a estos casos, profundizar en las indagaciones que las víctimas desarrollaban y arrojar luz sobre sus posibles victimarios.
El Seminario coincidió sobre los siguientes principios:
Es responsabilidad de los medios brindar mayores medidas de seguridad para sus periodistas, así como mejores condiciones para el desarrollo de un periodismo independiente.
Revisar los sistemas de seguridad en las instalaciones físicas de las empresas periodísticas, en beneficio de los periodistas y del resto de los trabajadores de estas compañías.
Crear un mecanismo de coordinación con autoridades para mejorar la comunicación en materia de seguridad, tanto física como de atención en caso de coberturas especiales o de casos emergentes en situaciones de alto riesgo.
Es obligación profesional y ética del periodista diseñar una estrategia personal para proteger su seguridad y su labor mediante los mecanismos pertinentes, dependiendo de las circunstancias que enfrente. La literatura disponible, especialmente en internet, facilita esta tarea.
Es deseable que medios y periodistas establezcan mecanismos de comunicación y solidaridad orientados a elevar la seguridad personal y profesional del gremio.
El desarrollo profesional de los periodistas, y la prosperidad de las empresas del ramo, están ligados directamente a la permanente elevación de los estándares técnicos, laborales y éticos que observa el desempeño profesional. Es recomendable que medios y periodistas deliberen con mayor amplitud sobre los aspectos objetivos ligados a este proceso (capacitación, ética, salarios, condiciones laborales, manuales de redacción, códigos de ética, etc.).
El colosal desafío que representa el crimen organizado en el país hace necesario que medios y periodistas conozcan con mayor profundidad los temas ligados con este fenómeno, con el propósito de definir estrategias o códigos de comportamiento para su cobertura.
Frente a esta necesidad, es recomendable estrechar la relación con organismos internacionales defensores del trabajo periodístico. Ello puede derivar en la creación de asociaciones propias, locales o regionales, a favor de la libertad de prensa y expresión.
Es responsabilidad de medios y periodistas alentar una mayor conciencia social sobre la importancia de la libertad de expresión como un valor humano que no es patrimonio de los periodistas, sino un factor que promueve el bien común.
La libertad de expresión no solo corresponde a los periodistas. La sociedad les ha delegado una responsabilidad relevante en su desarrollo y protección. Los medios y periodistas deben ratificar cotidianamente su compromiso en este campo.





Error en la consulta:No database selected