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William Uicab Salas
22 de junio de 2002

Caso: William Uicab Salas



El asesinato ocurrió en una zona despoblada del malecón, flanqueada en un lado por mar, y en el otro, por selva.:

22 de junio de 2000
Alejandra Xanic

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22-6-2000


Camarógrafo de Canal 8, televisión por cable
Chetumal, Quintana Roo, México

México, D. F.-- A cinco días del asesinato del camarógrafo William Uicab Salas, las autoridades manejan dos hipótesis: que murió tras un asalto, a manos de un desconocido, o que se trató de un crimen pasional.

William Uicab, camarógrafo del Canal 8 de Televisión por Cable, fue herido de muerte el pasado 17 de junio, cuando charlaba con su esposa en un área solitaria del malecón, a unos 700 metros del límite de la ciudad de Chetumal, Quintana Roo.

Las autoridades no han encontrado indicios de que pudiera tratarse de un crimen relacionado con su trabajo periodístico. Sus compañeros saben, sin embargo, de una amenaza que recibió Uicab hace un par de meses de parte de un hombre portador de VIH al que filmó.

El asesinato ocurrió en una zona despoblada del malecón, flanqueada en un lado por mar, y en el otro, por selva. No hay arrestos, ni sospechosos y muy pocos testigos. Se sabe solamente de un lanchero y de una familia avecindada en una pequeña choza, que escucharon gritos, y de un conductor que socorrió a la esposa de Uicab, después de la agresión.

La procuraduría cuenta, como principal pieza de evidencia, con el testimonio accidentado y, según la dependencia, contradictorio, de la esposa. "La investigación se hace de manera objetiva, y le doy cuota de confianza a la señora, mientras no haya evidencia que la incrimine, pero hay contradicciones fuertes en su versión", dice el subprocurador de Justicia del estado, Alfonso Chi Paredes.

El crimen ha causado revuelo en esta pequeña ciudad, capital del estado, ubicada a 380 kilómetros de Cancún. "Este tipo de casos impresionan aquí, todavía son muy raros y consternan a la gente. Además no se había cometido ningún crimen contra periodistas", dice Gerner Corona, jefe de información del Diario de Quintana Roo, y el primer reportero que llegó al lugar donde murió Uicab.

No hay estadísticas confiables del crimen en esta ciudad, pero un asalto en descampado y a mano de un hombre encapuchado, salta como extraordinario, dicen fuentes de la Procuraduría de Justicia del estado.

La historia según Guadalupe

Según narró la esposa a su familia y a la policía y, en la reconstrucción que hacen periodistas, William y ella se detuvieron, camino a casa, a charlar en el malecón, a unos 700 metros de la Universidad de Quintana Roo, la más próxima construcción en un tramo de 4 kilómetros del malecón que están en despoblado.

Venían de cenar con los padres del novio de Astrid, hija de Guadalupe, y de celebrar el anuncio del matrimonio de sus hijos. "Estaban contentos, había luna llena y se sentaron a charlar, recupera Gonzalo Hermosillo, reportero que trabajaba habitualmente con Uicab.". Luz tenue del alumbrado público y nadie más cerca.

La esposa narró que estando sentados de cara al mar, alguien amagó a su esposo por la espalda, le puso una navaja o cuchillo al cuello, y amenazó con matarlo si no le daba dinero. "William le dijo que no traía y que sólo se metiera con él, y no con su esposa", cuenta Hermosillo, a partir de las declaraciones ministeriales.

"En ese momento William empujó a su esposa hacia el mar; hay un barranco como de dos metros hacia la bahía. Ella cae a la barranca y no ve qué sucede después". Según los peritos de la Procuraduría de Justicia, al momento que la empuja, el sujeto se desespera y le corta el cuello, una herida no profunda.

Por las heridas se sabe que William se intentó defender. Luego de pelear, William cae también a la barranca, los dos se arrastran para subir al malecón y ya no hay nadie", reconstruye Gerner Corona.

Guadalupe declaró que entonces condujo a su esposo al auto. Avanzó unos 150 metros por el boulevard donde encontró una camioneta Suburban y pidió auxilio al conductor, que al parecer dio aviso a la policía. Según reconstruye Gener Corona, debieron pasar unos 50 minutos desde el ataque, hasta que llegaran los paramédicos.

William Uicab fue herido seis veces. Su cuerpo tenía una cortada de 14 centímetros en el cuello, dos en el antebrazo y hombro, tres en el abdomen. Dos de ellas rozaron el hígado, y fueron por las que se desangró.

La historia según el subprocurador

Según el subprocurador, hay inconsistencias clave en el relato que la esposa hace de los hechos. "Ella insiste que fue un asalto, pero a la policía auxiliar de barrio, que fueron los primeros en llegar y la entrevistan, a ellos le refiere que fueron cuatro asaltantes. Luego nos dice, y ratifica en su declaración ministerial, que fue uno. Por muy en estado de shock que pudiera estar son errores extraños", dice Alfonso Chi Paredes.

Guadalupe describe inicialmente que el sujeto tiene el rostro cubierto con un pasamontañas, y luego dice que con una media. "Nosotros no descartamos el asalto, pero intentamos ver si se concreta el dicho de la señora, o apunta a un crimen pasional", dice Alfredo Chi.

"El paramédico que llegó al lugar siente que ella estaba dramatizando; no había lágrimas, nada", refiere. La Cruz Roja tardó 7 minutos en llegar al lugar, después del reporte, y encontró a William Uicab agonizando. Él murió unos 20 minutos después. Chi Paredes sugiere que la esposa dejó pasar mucho tiempo antes de pedir ayuda. "Todavía no entendemos por qué no reaccionó más rápido, o por qué no lo llevó a un hospital"; de nuevo desconfía que haya sido por nerviosismo.

Los periodistas del Canal 8 y del Diario de Quintana Roo recuerdan otros dos asaltos recientes en el malecón, pero en el área próxima al centro de la ciudad. "La gente de aquí no tiene otra forma de divertirse que ir al boulevard", dice Gerner Corona. Una de las personas asaltadas, fue herida en el rostro con un arma blanca.

Pocas pistas

En opinión de Alfonso Chi Paredes, no tienen pruebas aún de que alguien hubiera atentado contra Uicab por su trabajo periodístico y más bien investigan si fue asalto, o un crimen pasional. "Ahorita no lo relaciono con la labor periodística porque era camarógrafo y la relación con el gobierno sí es crítica, pero no consideramos que haya venido por ahí", coincide el ex jefe de Uicab, Jorge Carrillo Beltrán, del Canal 8 de Televisión.

"Hemos tocado muchos temas graves, pero no a ese extremo. Por todo lo que platicamos no era ni mujeriego, ni tenía deudas y era muy fiel", dice Gonzalo Hermosillo, reportero que trabajó en mancuerna con Uicab por dos años.

Gonzalo y su jefe Jorge Carrillo, recuerdan un solo tema espinoso y una amenaza hecha a Uicab. "Estamos checando esas grabaciones, fue de los pocos trabajos que hizo sólo; ahí había una amenaza de muerte", dice Gonzalo Hermosillo. El camarógrafo grabó hace un par de meses la detención de un hombre portador del VIH, que había intentado matar a su cuñado. El cuñado había hecho correr la voz de que su pariente tenía SIDA, para prevenir a sus parejas sexuales, a las que quería contagiar deliberadamente.

"No le dimos importancia, y tampoco le dimos seguimiento, y esa es la única amenaza que tenía William", cuenta Jorge Carrillo Beltrán, jefe de información del Canal. No supieron si esta persona fue detenida y acusada de algún delito, o si salió en libertad. "Nosotros no le hemos comunicado esa amenaza, porque podrían aprehender a esa persona aunque no sea la culpable, y detenerla. Estamos en espera", dice.

Según Alfonso Chi el caso depende fundamentalmente de la declaración de Guadalupe Chávez. La idea de que se trató de un asalto, se funda sólo en su declaración; la idea de que fue un crimen pasional, en supuestas contradicciones en las que, según la procuraduría, cayó.

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