El proceso investigativo por el asesinato de Gerardo Bedoya fue elegido hace un año y ocho meses, junto con otros 11 casos según una resolución de la Fiscalía de marzo de 2006, para “imprimirle mayor celeridad en aras de establecer a los posibles responsables”. No hubo durante 2007 un solo indicio de que ese objetivo se haya logrado.

Nada ocurrió entre abril de 2006 y mayo de 2007, cuando se registró la última actuación por parte de la Fiscalía, que consistió en ordenar la práctica de una nueva prueba.

El proceso iniciado 10 años atrás, no avanzó porque el ente investigador cuestionó que los móviles del asesinato fueron por razones de oficio. El caso se mantiene en la misma etapa de indagación preliminar sin que se haya señalado a un sospechoso.

Los informes de la Fiscalía General de la Nación plantearon que en junio de 2004 se agotaron las labores investigativas aunque tres años después, el 28 de junio de 2007, se recibió información por parte de la Policía judicial.