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Ricardo Gangeme
13 de mayo de 1999

Caso: Ricardo Gangeme



Sabor a nada:

1 de septiembre de 2002
Jorge Elías

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En resumen, nadie planeó ni cometió el crimen. En resumen, nadie disparó a mansalva mientras estacionaba el auto frente a su domicilio. En resumen, nadie tenía intención de liquidarlo. En resumen, nadie asesinó a Ricardo Gangeme, propietario y director del semanario El Informador Chubutense, de Trelew, Argentina.

Está muerto desde la madrugada del 13 de mayo de 1999, en resumen, por obra y gracia de nadie. Del destino. De su destino, más allá de los sentimientos encontrados que haya legado en el ejercicio del periodismo y, en cierto modo, de la indiferencia que el caso en sí haya despertado en los medios de comunicación de Buenos Aires. Salvo algunas excepciones, como los diarios Ambito Financiero y Crónica, por la amistad, y por la relación laboral, que había tenido con sus directores, Julio Ramos y Héctor Ricardo García, respectivamente.

Tres años y cuatro meses después del asesinato, la Cámara I del Crimen del Noreste del Chubut absolvió el 12 de septiembre de 2002 a los tres acusados: Daniel Vitti (presunto instigador), Gustavo Fabián Smith (presunto autor material) y Alejandro Zabala (presunto partícipe necesario). En resumen, pues, la bala alojada en el cráneo de Gangeme después de haber ingresado por el ojo izquierdo, sometida a pericias por la policía provincial, por la Gendarmería Nacional y por la Policía Federal, no coincidió con el revólver Smith & Wesson, calibre 38, incautado a uno de los sospechosos.

Razón del fallo unánime de los camaristas Juan Angel Di Nardo, Roberto Rubén Portela y Daniel Rebagliati Russell: "Dado que el expediente se construye fundamentalmente alrededor del arma secuestrada a Zabala, debe necesariamente concluirse en la absolución de los traídos a juicio", concluyeron, cerrando un círculo perverso en el cual, entonces, hubo víctima, no victimarios, resumiéndolo todo en la impunidad como clave del proceso.

Proceso marcado, o complicado, desde el comienzo por descripciones contradictorias de los testigos, huellas digitales halladas en el auto que no respondían a las huellas digitales de los tres acusados (en libertad, por el Pacto de San José de Costa Rica, después de haber estado detenidos en forma preventiva durante dos años) y de una bala. Una bala curiosa, en

realidad: quedó deformada desde el momento en que quedó incrustada en el cráneo de Gangeme. Inútil para las pericias, según fuentes judiciales.

La bala en cuestión habría sido manipulada, según el diario Jornada, de Trelew: "Uno de los peritos habría señalado que, al efectuar una pericia química sobre el proyectil, se notó que una parte del mismo fue raspada y golpeada". Tenía, al parecer, sólo una parte sana, pero las estrías, dice un informe, no encajaban en el arma incautada.

Estilo frontal y agresivo

Gangeme se había radicado en la Patagonia después de trabajar casi siempre en Buenos Aires. En Trelew dirigió Jornada, propiedad de Carlos Spadone, ligado en su momento en negocios con el ex presidente Carlos Menem. Competidor, a su vez, del diario El Chubut, del ex senador José María Sáez. Después creó El Informador Chubutense. Que, como describe Ambito Financiero, tenía un estilo frontal y agresivo por el que se había ganado muchos enemigos.

El juicio oral y público por su muerte, pautado inicialmente para el 27 de agosto, debió demorarse dos días por la denuncia del defensor oficial ante los tribunales de Trelew, Rodolfo Mariano Miquelarena, de un supuesto complot judicial y policial contra los acusados.

¿Tenía un desenlace previsto, o anunciado, como presume Pablo, el único hijo varón de Gangeme? Ni él, ni su abogado, Alejandro Vecchi, aceptaron el veredicto. Que, una vez firme, piensan apelar ante la Suprema Corte del Chubut y, si no resulta, ante la Corte Suprema de la Nación y ante organismos internacionales.

"Ahora podemos ser querellantes y pedir un nuevo juicio -dice Pablo Gangeme, de 27 años-. Un abogado de Trelew está dándonos una mano, pero le han anticipado que no va recibir colaboración alguna. Nos rechazaron el primer escrito, de hecho. Y nadie se hace cargo de nada. ¿Por qué no son juzgados por falso testimonio los testigos si, como está probado, las declaraciones han sido contradictorias? Me da miedo vivir en este país, confieso. Por mí, por mi novia, por todos."

El fiscal Ricardo Vázquez Pellegrini, después de que el juez de instrucción Florencio Minatta elevara la causa a la Cámara, había pedido la reclusión perpetua de los tres imputados. La pena máxima que prevé el Código Penal. No prosperó. Como tampoco prosperaron los reclamos de Pablo Gangeme de convocar a Héctor Fernandes. Un empresario de la construcción vinculado con Spadone en negocios inmobiliarios y en medios de comunicación que habría amenazado de muerte a su padre.

Móvil incierto

Mientras estaba detenido en la comisaría de Rawson, Vitti dijo a la agencia de noticias Télam: "Lo extraño de todo esto es que Fernandes nunca fue citado a declarar en esta causa. Está involucrado por partida doble tanto por esa amenaza como por otro testigo (en referencia al dirigente del Sindicato de Luz y Fuerza, Héctor González). Por esa razón a mí me tienen preso. Pero lo más extraño es que ni el juez ni el fiscal lo citaron nunca para preguntarle si me conocía o si yo le había pedido alguna vez plata para matar al periodista. En las declaraciones de González hay más, porque dice que en su momento Fernandes lo llamó para pedirle que contratara gente para que liquidaran al director del diario El Chubut y, además, que Fernándes le dijo que de Gangeme se haría cargo él". El móvil del crimen, más allá de las denuncias de corrupción en las esferas políticas de la provincia que Gangeme publicaba en forma frecuente en su semanario, jamás ha cerrado. Por cuestiones personales, dicen unos; por motivos profesionales, dicen otros. En resumen, por algo un hombre se acercó a él y, mientras bajaba la ventanilla, tiró a matar, omitiendo la posibilidad de llevarse, como botín, los 1500 dólares y los cheques que fueron hallados dentro del auto.

Esa noche, a la 1.28, no estaba el policía que solía merodear en la esquina del edificio en el que alquilaba un departamento. Entre las imputaciones iniciales eran acusados Smith de haber disparado, Vitti de haber organizado el crimen (por orden de un supuesto autor intelectual) y Zabala de haber facilitado el arma. Todos ellos tienen relación con la Cooperativa Eléctrica, sobre la cual Gangeme daba cuenta a menudo en el semanario por negocios, aparentemente non sanctos, con la gobernación provincial.

En el proceso también quedaron en libertad, por falta de méritos, Alejandro Jara, Néstor Fabián Echauri y Daniel Eduardo Soto, acusados inicialmente de ser partícipes secundarios. Es decir, de haber seguido a Gangeme en los días previos al crimen. El crimen que, aparentemente, nadie planeó ni cometió. Nadie es culpable, en resumen.

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